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Jovencita
caliente |
Tengo diecinueve años, aun soy una chica jovencita
con un año
y medio de universidad a las espaldas más una corta experiencia
en un grupo de musica de
rock.
Ahora me he enrolado en el ejército. Soy
soltera.
Me masturbo desde
los cuatro años. Sigo haciéndolo
igual, y de momento es algo que me ha dado intensos, múltiples
y tempranos orgasmos.
Por eso me resulta tan difícil imaginar
lo que es una mujer frígida
incapaz de llegar al orgasmo.
Consigo mis orgasmos leyendo extractos eróticos de
libros y revistas, y fantaseando sobre encuentros
sexuales de la vida real,
mientras cruzo las piernas, las tenso y las relajo después.
Cuando se acerca el orgasmo, acelero mis
movimientos. Siento un gran placer en el clítoris.
Sé que
esto es como follar conmigo
misma.
Siempre ha sido mi modo de aliviarme, de relajarme antes de
irme a dormir, etc. Normalmente siento tensión sexual una
semana más o menos antes de que me empiece la regla, lo que
no quiere decir que no esté caliente todo el tiempo, es difícil
estar soltera, y mi entrepierna lo nota.
Tuve mi primer encuentro
sexual a los cinco años. Entonces no sabía lo que era
el sexo, pero recuerdo que me veía
de vez en cuando con un muchacho rubio. |
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Cuentos eroticos |
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Nos subíamos a una tapia y nos íbamos
bastante lejos, al viejo garaje-granero de un vecino.
Allí nos
toqueteábamos u orinábamos a la vez.
Sentíamos una extraña excitación
al mirarnos, y era una excusa inocente para examinarnos mutuamente.
Mis padres me pillaron tumbada en una mesa «tensando
las piernas», y me dijeron que no lo hiciera más.
Ahora
pienso que se dieron cuenta de que estaba experimentando un placer
sexual, aunque yo era una chica jovencita para comprenderlo (entonces
yo pensaba que era algo muy raro, pero como las sensaciones eran «ahí abajo»,
me sentía algo avergonzada y culpable).
Aquélla fue
mi primera lección de que lo que hacía era «malo», «anormal» y
reprobable. Sin embargo lo hacía, y siempre me he concedido
mis caprichos de placer sexual.
A veces me pregunto si es la razón
de que me haya vuelto tan promiscua. Cuando tenía nueve años,
un chico me sorprendió agitándome en mi asiento y dijo
lo mismo que habían dicho mis padres: «No tenses las
piernas.» |
Pero no creo que comprendiera lo que estaba laciendo.
Me doy cuenta de que a los nueve años, igual que hoy en día,
ya debía tener tendencias lesbianas.
Una vez me llevé a una chica jovencita más
pequeña que yo debajo de unos arbustos e intenté seducirla. «Yo
te dejo ver lo que tengo "ahí abajo", si tú me
dejas ver el tuyo.» Ella se negó.
Otra vez subí a
una colina con una amiga rubia, muy guapa, y cuando llegamos a la
cima me dijo si quería «besarla ahí abajo».
Recuerdo que la idea me excitó, pero me parecía una
cosa demasiado mala y dije que no. Perdí la virginidad a los
dieciséis años. Fue en un bonito Fiat rojo oscuro,
con un fuerte y robusto aficionado al tenis.
También me chupó,
fue muy excitante, yo era muy jovencita y era la primera vez. Pero
recuerdo que no llegó hasta el final, y me dolió tanto
que pensé en
una dulce chica lesbiana que me «salvara» de eso, aunque
al mismo tiempo estaba muy excitada. (Para mí el sexo es algo
muy confuso e hipócrita.) En fin, el caso es que muy raras
veces digo que no.
A veces me da vergüenza en mis relatos
eroticos pensar que he
tenido unos veinte amantes (la mayoría de una sola noche).
Supongo que no soy una «niña buena». Siempre me
ha parecido que debo coger todo lo que pueda. No es que sea fea,
de hecho soy bastante atractiva, voy a la moda y supongo que a veces
soy un poco narcisista.
En la mayoría de mis fantasías
sexuales soy lesbiana, supongo que más que
nada porque el lesbianismo es una inclinación
sexual que me gusta y que hasta ahora no he satisfecho. Es como el
que tiene cosas pero siempre quiere más, porque no las puede
tener con facilidad. He estado con un negro; era un intercambio racial
que quería tener. Pero fue absolutamente igual. El
sexo es
siempre sexo... Yo sólo quería rebelarme contra la
condena de la sociedad, además de contra mi propia diferencia
de color. Me encantó su pecho negro, casi de terciopelo, y
su cuerpo suave... En fin, suelo fantasear sobre mi amiga Jeanne.
Una vez, después de fumar hierba, su novio y yo intentamos
seducirla, pero no se dejó. Bueno... tengo la impresión
de que le gustaría hacerlo conmigo. Siempre hablamos de sexo y leemos sobre el tema en voz alta, y ella siempre me dirige miradas
muy «expresivas»... Creo que hay algo... Tal vez algún
día... También sueño con personajes famosos,
entre ellos Deborah Harry, Diane Keaton, Jane Fonda, Brenda Vaccaro,
Marianne Faithfull, Britt Ekland, Donna Mills, Xaviera Hollander...
Generalmente imagino dulces y emotivos momentos en casa de alguien,
en la playa, en una sauna. Me gustaría poder cerrar los ojos
y aparecer como amantes ansiosas. Suelo imaginar abrazos,
besos apasionados, cunnilingus^ baños.
El ménage a
trois también me excita. Me encanta el sexo lascivo,
ruidoso, apasionado. Me gusta oír que mi coño suena como el
filtro de un acuario, palpitando.
Quiero comerme un coño. Tambien
he pensado en entrar en un bar de mujeres de
Montreal (en el que ya he estado) y que las bailarinas que hacen
destape se exciten conmigo. Entro en el baño,
y una o más me siguen. Advierten
mi femineidad en contraste con la rudeza de los hombres y
me dan la bienvenida, me tocan, me acarician suavemente con los labios,
y dicen que les encantan las mujeres.
La multitud de hombres silba
y sisea; quieren otra actuación,
pero ésta se demora por mi culpa. (Otra versión de esta
fantasía sexual va más allá, hasta el punto de
ser yo una de las bailarinas; me han convertido en una de ellas y me
enseñan
a moverme, vestirme y bailar.) |
Nosotros
no te haremos feliz, pero te ayudaremos que lo seas. |
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