|
|
|
Dulce despertar
erotico |
Entre sueños, como uno más de esos
momentos efímeros, siente el leve roce de una lengua en su
vientre; tras la lengua los labios se deslizan hacia arriba despacio.
Su camiseta asciende tras esos dedos que terminan llegando a sus
pezones antes que su boca. Sólo un instante antes, lo justo
para pellizcarlos suave, sin prisa. Ella lanza un casi imperceptible
gemido sin abrir sus ojos, tan solo enamorándose del placer
del tacto en su piel. Se deja acariciar, deja que la lujuria se apodere
de sus ingles, de sus pechos, de sus labios...y cuando la humedad
de su libido se extiende por toda su piel estremeciéndola,
decide que le apetece jugar. Comienza a resistirse, a forcejear con
aquellas manos que tanto placer le dan. Él, al principio un
tanto desconcertado, comprende el propósito y la deja hacer;
no sin cierta oposición también. Giran el uno sobre
el otro, de un lado al opuesto de la cama, hasta que ella queda sentada
sobre él. Las manos escapan y una le propina un cachete en
el culo. Ella lo entiende como un desafío y apoya las rodillas
en sus brazos. Por fin, consigue inmovilizarle.
Como puede abre un cajón en el que, de un simple vistazo, se
pueden ver objetos de índole sexual, y saca un pañuelo.
Sonríe maliciosamente mientras juega con éste entre sus
manos.
Tras varios intentos y algunos mordiscos de resistencia en su piel,
lo consigue. - Ahora observa atentamente. |
|
|
|
Cuentos eroticos |
|
|
Ella se levanta de la cama y comienza a elegir los
juguetes con los que llevará a su opuesto al delirio. Se quita la ropa y se
sienta sobre sus tobillos con las piernas ligeramente abiertas, mostrándole
su más tierna intimidad. Dos dedos se deslizan por su lengua
lubricándolos un segundo antes de bajar a su coño en
busca de placer. Sus ojos fijos en los de él; los de él
bailan entre sus manos y el resto de su cuerpo que se comienza a
contonear. Un pequeño dedo azul de plástico gira en
su parte trasera y comienza a vibrar. Ella lo pone directamente en
el clítoris. Gime, y su cuello se dobla hacia atrás
de tanto gusto. El suelta un “¡Buf! Y ella sonríe.
Decide que quiere más y moja de lubricante una de sus pollas
de látex. La introduce despacio en su coño y se sienta
sobre ella, moviendo sus caderas y aprovechando la presión
que hace contra el colchón. |
Él comienza a tirar de sus muñecas.
Su polla completamente empalmada, dura, pidiendo que la dejen estar
dónde está aquella otra. - ¿Qué quieres?
- Quiero tocarte. Ella se acerca despacio, saca la polla de látex
de su coño y se desliza sobre él hasta que sus pezones
le rozan los labios. Él los besa y los muerde ansioso. -
Mmmm...cuánto placer. Sube un poco más y se sienta
sobre su boca. Tenerle atado le proporciona una gran sensación
de poder. Su lengua la lleva al orgasmo, cósmico e inmenso.
Después, desciende hasta colocarse sobre su polla y se sienta
follándoselo despacio; mientras le desata, primero una mano,
después la otra. De pronto diez dedos la invaden, la arañan,
la pellizcan, la acarician. Y la hacen correrse de nuevo.
|
Nosotros
no te haremos feliz, pero te ayudaremos que lo seas. |
|
|
|