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          |  | Sado latex - La soltera sadica  |  
        
          | Te voy a desvelar lo mas intimo inconfesable en este relato
            erotico, yo soy una mujer soltera de veintiséis años,
            educada por mis padres para pensar que el sexo no era para las buenas
            chicas. Mi experiencia sexual es limitada porque siente una cierta ira contra
            los hombres. Soy heterosexual y disfruto contemplando fotos de hombres
            desnudos , pero lo que más me ha atraído siempre es dominar
            a mi pareja.
 Primero me arreglo, me pongo lenceria
            sexy combinando con ropa de latex sado,
            luego le llamo y le digo que venga. Tiene que venir vestido sólo
            con un taparrabos, nada más. También le ordeno que llegue
            a una hora determinada. Llega con cinco o diez minutos de retraso. Lo
            empujo sobre el respaldo de una silla de modo que su cara apunte hacia
            el asiento y el trasero quede hacia fuera. Sacándome el cinturón,
            le doy quince fuertes azotes por llegar tarde.
 “Ponte de rodillas y pídeme perdón-le amenazo-, o
            te daré quince más”. No quiere más así que
            obedece.
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          |  | Latex y sado |  
        
          | Le dejo que suplique un rato antes de interrumpirlo.
            Lo agarro por los cabellos, levantándole la cabeza. “Me
            perteneces- le digo-. A partir de ahora eres mío y sólo
            mío” Él contesta: “Si, señora”. Lo arrastro por el cabello hasta el cuarto de baño. Mientras se
            desnuda, abro el grifo del agua caliente. Él se mete en la ducha,
            pero permanece alejado del chorro caliente, Cojo un cepillo de los de
            limpiar lavabos, me desnudo y me meto en la ducha, empujándolo
            hacia el chorro de agua al mismo tiempo. “Está  caliente”,
            exclama. “Así tiene que estar- le digo-, para limpiarte
            de todas las otras mujeres”, tiene que ser una relacion
            de pareja limpia. Utilizo el cepillo para frotarle enérgicamente
            el cuerpo, y él se queja. Le froto la mano derecha y los dedos,
            luego el dorso de la mano y el brazo por ambos lados. Le froto cada centímetro
            de la  mano y el brazo derecho, incluso la palma y la parte inferior
            del brazo, antes e pasar al otro brazo. Después paso al rostro,
            el cuello, el pecho, el estómago, la espalda, y los hombros. Luego
            le froto las pierna. Por  último le froto el pene y los testículos.
            Froto con fuerza u él grita.  “Inclínate”,
            le ordeno. Me acerco más a él, apretándole los costados
            fuertemente con las piernas y forzándole a inclinar el tronco.
            Cojo el teléfono de la ducha, me inclino sobre él, le aparto
            las nalgas y le meto el teléfono por el trasero. Él  grita
            cuando lo meto más adentro para que el agua cliente le limpie
            el ano.
 Cuando después empieza a levantarse, le cojo por el cabello manteniéndolo
            bocabajo. “Abre la boca”, le ordeno. Cuando la abre le meto
            el teléfono de la ducha y le limpio bien la boca.
 
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          | Le repito que es mío, sólo mío,
            mientras se seca con la toalla. Le digo también que si alguna
            vez mira a otra mujer   lo matará muy lentamente. Él
            me asegura que es sólo mío y que le gustan las mujeres que
            toman el control Le cojo del pene y le arrastro hasta el dormitorio.
 “Túmbate sobre el estómago”, ordeno. Entonces lo ato con
            piernas y brazos abiertos y le azoto el trasero, los muslos y la parte inferior de
            la espalda. No me detengo hasta hacerle sangrar, luego le doy varios azotes más.
            Lo desato y le digo que me haga el amor. El dolor lo ha excitado hasta el punto de
            causarle una gran erección y me obedece con avidez. Gimo de placer cuando
            empieza a besarme y acariciarme. No parece que vaya a tener nunca bastante. Finalmente,
            cuando estoy a punto de explotar, me penetra. Yo cojo un pene artificial largo y
            delgado y se lo meto en el trasero mientras él me penetra. Se pone a gemir
            cuando se lo meto hasta el fondo pero el dolor le empuja hacia delante. Empujo dentro
            y fuera del trasero el pene artificial al tiempo que él empuja el pene dentro
            y fuera de mi. El ritmo se acelera cuando ambos alcanzamos el punto culminante. Le
            meto el pene artificial hasta el fondo del culo cuando él se recuesta sobre
            mi. Yo me muevo un poco y su cabeza se hunde en mi pecho, Le enredo las cabellos
            con la manos y nos dormimos.
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