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Portal Por Mi - Lunes, 7 de Abril de 2025 |
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Quimica
del amor
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¿Existe la química del
amor? Nadie pone en duda el papel destacado
que desempeñan
el estado psicoafectivo, el medio y los diversos estímulos
en el deseo sexual.
Sin embargo, pocas personas saben que
nuestros deseos eróticos están a merced de
un puñado de hormonas sexuales y de unas sustancias
químicas liberadas por las neuronas llamadas neurotransmisores.
En efecto, nuestro cerebro, constantemente bañado por
ráfagas de hormonas sexuales, junto con los órganos
genitales, condicionan los deseos
eróticos, la capacidad
para seducir y estimularse, la respuesta sexual, la satisfacción
e incluso la fidelidad
a la pareja.
En este sentido,
los científicos han
comprobado que el grado de fidelidad entre
los campañoles,
una especie de roedor-está condicionado por los niveles
corporales de al menos dos sustancias: la vasopresina y la oxitocina.
En el hombre y la mujer, la sustancia biológica más
determinante sobre la libido es la testosterona, hormona masculina
segregada por los testículos, los ovarios y las glándulas
suprarrenales. |
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El amor y el
deseo sexual |
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Los efectos de la testosterona en
el deseo sexual están científicamente demostrados.
Por ejemplo, la persistencia del deseo
sexual en la mujer después
de la menopausia, con los ovarios ya inactivos, sólo
se explica por la acción de las glándulas suprarrenales.
Por otro lado, la reducción de testosterona sanguínea,
provocada por un desequilibrio hormonal o por un tratamiento
médico, hace que la persona pierda el deseo
por el sexo, y viceversa.
Así es, la administración
de testosterona amplifica de forma espectacular el deseo
erótico.
El estradiol es otra hormona que cuando mengua afecta negativamente
al deseo sexual de la mujer.
Por último, un par de neurotransmisores
juegan un papel nada desdeñable en el comportamiento erótico:
la serotonina y la dopamina. |
La dopamina es la responsable de los
estados de activación de cualquier acción
positiva, es decir, de la motivación.
Es por ello por
lo que resulta imprescindible para el deseo sexual,
como ha quedado patente en algunos experimentos clínicos.
Un equipo de investigadores canadienses ha comprobado que la
administración de apomorfina, una sustancia que imita
la acción de la dopamina y aumenta el número
de coitos en roedores, provoca en el hombre erecciones espontáneas.
La serotonina, sin embargo, podría intervenir inhibiendo
la conducta sexual, una vez saciado el deseo. |
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